Mitos sobre el aprendizaje de idiomas. Mito 2 “Lo más importante al aprender un idioma es dominar la gramática”

Mujer vista desde arriba sobre teclado de un ordenador

Hoy nos vamos a dedicar a desmontar otro de los mitos sobre el aprendizaje de un idioma y este tiene que ver con la importancia que se le da al uso correcto de la gramática.

Cuánta gente se pasa años estudiando la gramática, haciendo ejercicios, rellenando cientos de fichas y al cabo de años de estudio notan que no son capaces de mantener una conversación en ese idioma.

¿Cómo es posible esto?

Persiste la creencia errónea que lo más importante para poder mantener una conversación es que las frases sean gramaticalmente correctas.

Nada más lejos de esto y quiero dar un ejemplo para que se entienda mejor. Si un extranjero dice por ejemplo en español “Tengo una coche nueva” lo entendemos perfectamente aunque la frase no es gramaticalmente correcta. Quizás el que la escucha corregirá a la persona o simplemente se ignora esta falta. Pero si la pronunciación de una frase es mala, aunque sea gramaticalmente correcta, probablemente no se entienda.

Por eso, es mucho más importante insistir sobre todo en la pronunciación correcta al comienzo del aprendizaje de un idioma. Si no se aprende bien desde el comienzo luego es mucho más difícil o casi imposible corregirla.

Pero entonces ¿por qué se sigue dando tanta importancia a la gramática? ¿Acaso no se sabe estas cosas?

La respuesta es la tradición. Lo que se ha hecho siempre así no se cambia aunque se sepa que se debería cambiar. Como mucho se modifica un poco.

En colegios e institutos los profesores continúan dándole muchísima importancia a una gramática y ortografía correctas. Esto tiene que ver por un lado con el hecho de que para el profesorado es mucho más fácil e inequívoco corregir una falta de gramática u ortografía que por ejemplo una de pronunciación o fluidez. Si se ha escrito mal una palabra o si se ha cometido un fallo de gramática se resta un punto y luego se puede demostrar por qué motivo recibe un alumno esta o la otra nota. Juzgar si una pronunciación o fluidez es un 7 o un 8 por ejemplo es mucho más complicado y puede llevar a discusiones. Ello se debe a, por un lado, la propia formación de los profesores, mucho más relacionada con contenidos gramaticales que con otros aspectos de uso de la lengua; por otro, o consecuentemente, a las exigencias de los programas y los exámenes de colegios e institutos.

Esta visión anticuada – y que ya no se practica por ejemplo Portugal – de priorizar conocimientos teóricos frente a elementos más prácticos del idioma también es totalmente opuesto a las exigencias del

Este describe los niveles según las capacidades del alumnado de hacer uso del idioma. La pregunta es siempre: ¿Qué sabe hacer con el idioma en cada nivel y en cada destreza”. De hecho el Oxford Test of English (OTE) no tiene preguntas teóricas como por ejemplo los exámenes de Cambridge. Consiste solo de una prueba en las cuatro destrezas hablar, escuchar, leer y escribir.

Así que podemos resumir lo que hemos explicado así: hay que estimular hablar en el idioma extranjero aunque se cometan faltas de gramática. Estas faltas irán despareciendo poco a poco sobre todo si se usa el idioma. No queremos decir que la gramática no importa en absoluto, sino que simplemente no deberíamos priorizarla frente a la pronunciación o la fluidez.

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