Los niños aprenden jugando – algo que al parecer todo el mundo comparte, justo por eso extraña que en muchos colegios se siga enseñando de una forma muy tradicional sin tener en cuenta este hecho.
El instinto de querer aprender jugando es algo que podemos observar incluso con cualquier otro animal del grupo de los mamíferos. Los cachorros felinos por ejemplo se preparan a través del juego para cazar o luchar. ¿Por qué va a ser diferente con el ser humano que es una especie más entre los mamíferos?
Muchas veces se sigue viendo como una contradicción lo de jugar y aprender, pero no tiene que ser así. En nuestra academia idiomas de A Casa das Linguas, la academia para aprender inglés, francés o alemán en Santiago de Compostela y Bertamiráns, sabemos que el juego es la base del aprendizaje en nuestras clases, al menos hasta una edad de más o menos 10 años – aunque también después y hasta en cursos para adultos es importante usar los juegos.
Lo especial de los 10 años es que hasta esa edad tenemos la capacidad de aprender cualquier idioma de forma natural, es decir, simplemente copiando, sin la necesidad de aprender gramática o fonética. Por esta razón, en nuestra academia de idiomas, las clases hasta 2º de primaria están diseñadas según un plan desarrollado por nosotros, y que siguen todas nuestras profes ya que en él se describen todas las actividades que se tienen que hacer en cualquier momento del curso.
Pero, aunque todo esté muy planificado los/las niños/as tienen la impresión que simplemente vienen a jugar a las clases de inglés, francés o alemán y no se dan cuenta que están continuamente aprendiendo o consolidando lo aprendido.
Fuimos la primera academia de idiomas en Santiago de Compostela que empezó hace ya 15 años con estas clases de inglés para niños profesionalizadas, alejándonos de un simple “jugar en inglés” hacía unas clases de inglés basadas en el juego – pero con sistema. Casi siempre lo que parece muy fácil es lo más complicado. Lo vemos también si alguien toca un instrumento. Hay que saber tocarlo muy bien para que parezca un juego, fácil, casi sin esfuerzo. El éxito nos dio razón y vamos a seguir fiel a nuestro tipo de enseñanza. Tenemos que lograr que los/las niños/as se encariñen con el inglés, alemán o francés para que luego lo puedan aprender bien. ¿Cómo logramos eso con los más pequeños? Pues, basando las clases en lo que más les gusta – el juego.